martes, 29 de septiembre de 2009

Muertos vivos

Hace rato me ronda una idea, pensé dejarla pasar pero insiste; ha de ser su naturaleza espectral. Me explico. Parece que hay muertos vivos entre nosotros, ya lo sospechaba desde hace algún tiempo (à la George Romero): gente que ocupa lugares y hace como si hiciera, como si viviera, pero ya no vive, ya no piensa, ya no escucha. Lo trágico de esta historia de muertos en vida, es que se ve a la par, por aquí y por allá, por doquier, a otra gente que renace y se esfuerza, además, por ser reconocida en este mundo (como siempre: la historia continúa), y que paradójicamente lo hace, o intenta al menos, a partir de los semimuertos; gente que espera sus palabras, que en ellos las deposita y que aún espera de ellos alguna devolución, alguna gracia digamos. Pero estos muertos vivos de los que hablo ni siquiera tienen respeto por los muertos en serio (y en serie), por los caídos en todos los movimientos y luchas que aspiraron a más y mejor vida aunque terminaran fatalmente en la muerte; los oigo decir por ahí cosas como: "ah, si dijera lo que pienso sobre las revoluciones..." ¡Pues que digan de una buena vez esos imbéciles! Así es, mastican cerebros y cuando, llegado el caso, se animan a decir algo de lo que en realidad piensan, es toda defección / pura reacción, y los que esperan de ellos oír un canto mágico / un palabra sagrada no saben ni siquiera qué responder, cómo justificar su puerilidad, atónitos se quedan y hacen malabares increíbles para encontrarle algún sentido, alguna vuelta, a lo que no es más que un gorjeo cadavérico en sus últimos estertores decrépitos. Y siguen ocupando lugares, simbólicos e imaginarios, y siguen siendo convocados. ¿Será que a falta de duelo por nuestros muertos sobreinvestimos melancólicamente a los próximos en la fila, aunque nada hayan hecho para merecerlo? ¿O tendremos que pensar cínicamente que hay un uso productivo de los cadáveres, un uso simbólico, un "servirse de ellos"?

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