domingo, 31 de julio de 2011

Pensamiento materialista

La complejidad del pensamiento no es homologable a lo complicado, ni mucho menos a lo retorcido; es el anudamiento solidario de las singularidades irreductibles que acontecen (lo que pasa, no cesa de pasar, y no lo que fue). O, lo que habrá sido para lo que está llegando a ser. Historicidad viva, retroactiva, y no mortificante determinación absoluta de un pasado fijo (como sueñan idealistas y moralistas).

En este sentido, lo material, lo real, no es solamente lo que uno se imagina, o lo que dicen los diarios, o la experiencia vivida, o la memoria; es más bien el anudamiento actual de procedimientos políticos, artísticos, científicos y amorosos inconclusos, en curso, pues seguimos viviendo. La forma del juicio (ético, estético, político, etc.) es, en cambio, la renuncia misma al pensamiento.

Así, quienes pensamos materialmente podemos parecer desprolijos, incluso hasta violentos; pero ello no se debe a la informidad o rudeza de la materia con que trabajamos, sino a las torsiones de los planos discursivos que activamente padecemos y por donde derivamos sin previsiones, ni programas ni mandatos.

Por eso me causa gracia, ocasionalmente, ese procedimiento común, idealista, que consiste en apelar a la memoria y en citar dos frases al voleo para legitimar lo que, se imagina, tiene una fuerza de evidencia inapelable (i.e. "yo me acuerdo que Kirchner decía que Menem era el mejor presidente"). Ante semejantes linealidades discursivas, no se debe responder con justificaciones o contextualizaciones amplificatorias (círculos hermenéuticos de sentido), se responde en un acto sin garantías de nada, que no necesita idealizar pues confía en su desmesura; que traza diagonales y bucles imprevistos sobre los planos discursivos. Movilidad que define un pensamiento materialista en acto, e inconcluso de múltiples modos (anudados).

martes, 26 de julio de 2011

La muerte que el otro acaba de darse

“Martin Heidegger escribió tan tempranamente como Focio: Nadie puede quitarle su morir a otra persona. Se puede quitar al hombre su vida, pero no se puede retener, en la muerte del hombre que se mata, su morir. La frase de Heidegger agrega la muerte como posibilidad y la muerte como rapto. Sólo es comprensible si el hombre se concibe primero como rehén del rapto extranjero de la muerte.
Escolio I. Este rapto, en el ‘morir inaprehensible’, es el tiempo. Paradójicamente, lo que los humanos denominan muerte es una predación segunda e imitada que recuerda el asesinato de la presa.
Escolio II. Este raptus que es possibilitas funda en el hombre el suicidio. El suicidio designa el asesinato de uno mismo. ¿Qué significa el asesinato que concierne a uno mismo? ¿Sui-caedes? ¿Asesinato de sí mismo? Esto significa que nadie puede robarle la ‘posibilidad’ de su suicidio a otro.
Corolario. Todo hombre que se atreva a comentar la muerte que otro hombre acaba de darse es un miserable.” Pascal Quignard, La barca silenciosa.

En homenaje a Amy Winehouse y a los que, de una forma u otra, deciden no continuar.

lunes, 4 de julio de 2011

Del poder mediático

Recuerdo que cuando estudiaba periodismo casi todo lo que nos transmitían en la facultad estaba vinculado al surgimiento omnímodo de ese cuarto poder en el que se estaban convirtiendo los medios; sin embargo, no quedaba muy claro, más allá de las más obvias manipulaciones, hasta dónde llegaba y cómo operaba efectivamente ese poder sobre el relato de lo cotidiano.
Hoy, las redes tendidas por el poder relator/constructor de realidades han quedado bastante expuestas (en nuestro país, en virtud del enfrentamiento del monopolio mediático con el gobierno). Incluso se puede entender cómo esas redes del poder mediático monopólico construyen, además de los lugares comunes, los lugares plurales, alternativos y hasta opositores, siempre según sus propias reglas, lógicas y gramáticas (desde el "A dos voces" hasta el lanatismo).
En esta cita, extraída de una entrevista a Zizek y Assange, el primero se refiere lucidamente al segundo y su operación de develamiento del poder mediático:

"Para el filósofo, Wikileaks representa un hito. “Ojo, yo no soy un utopista. No es que todo lo que dicen los grandes medios sea falso. Su gran mentira está en cómo deciden mostrarnos la realidad. Julian y su equipo están trayendo un cambio porque intervienen justo ahí. Es igual que cuando en las revoluciones el rey quedaba desnudo. Todos lo sabían; sin embargo hacía falta que alguien lo gritara y lo remarcara para que se abriera la posibilidad de una situación nueva”, subrayó. El análisis del esloveno invitó a no confundir lo de Assange con el llamado “periodismo investigativo”. “No. Esto es mucho más radical. Porque en general la ideología no sólo controla lo que decís, sino también los modos en que podés rebelarte. Pues bien, vos y tu grupo –y aquí apuntó a su partenaire– están haciendo más que rebelarse. Están cambiando el modo de transgredir las reglas.” (página 12 de hoy)

Finalmente, operaciones como ésta han des(a)nudado las redes del poder mediático real, el rey, del que casi todos sospechábamos -su desnudez- pero del que no podíamos sustraernos fácilmente, pues tan bien tejida estaba la trama -de su vestido- que hasta los supuestos investigadores y denunciantes de profesión formaban parte de ella (hoy se los ve expuestos en su patetismo).