miércoles, 2 de mayo de 2012

2º Tesis sobre el poder

El pensar se expone, en sus modos constructivos, genéricos, parciales; allí reside su poder (de nada). El pensar se asume en primera persona (singular o plural) para que se sepa a quién atribuir el equívoco universal.

Primero asumí la radical contingencia y disparidad del pensamiento: 'cada quien piensa con lo que tiene'. Aunque luego busqué rectificarme: 'cada quien golpea con lo que puede', pues imaginé que ahí estaba la clave del poder. Acto seguido pensé, no, en realidad debe ser: 'con lo que no puede', pues la debilidad asumida es en verdad su fortaleza. Por último quedó: 'hay que poder no golpear -o no pensar-', llegado el caso, no a priori; ahí está el poder en su máxima potencia.

El primer movimiento del poder es relativista, pues lo concede demasiado fácilmente a diestra y siniestra; el segundo es voluntarista, pues confía en la espontaneidad de la primera intención pero se agota cuando llega al límite (no todo se puede); el tercero es psicoanalista, en tanto transforma la impotencia en imposibilidad y desde allí se hace causa de otros pensares; el cuarto, en cambio, es transpolítico, pues desplaza el 'no' (la imposibilidad) después del poder y deviene pura potencia de un pensar impropio.

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