Solemos, con mis amigos, enredarnos bastante queriendo distinguir la derecha de la izquierda; desde la izquierda, por supuesto. No obstante, yo pienso que una posición de izquierda materialista no se pierde en semejantes abstracciones epistemológicas. Llegado el caso se encuentra, más bien, localizada como esos objetos topológicos concretos pero raros -para la boba intuición- que carecen de imagen especular, es decir, que son no-orientables (banda de Moebius, cross-cap, botella de Klein). Digamos que ser de izquierda, en dicho sentido, es encontrar puntos concretos de indiscernibilidad y trabajar en torno a ellos. Las distinciones a priori son para los esquemáticos de la derecha o bien para los izquierdistas especulativos. Nosotros, para ser consecuentes, debemos orientarnos en cambio a través de topologías conceptuales más complejas (no más complicadas, mis simples espíritus).
Digamos que siempre tenemos que lidiar con nosotros mismos, con nuestros amigos, con las repeticiones y contradicciones, con distinguir e indistinguir, señalar y refutar, decir y desdecir, y bueno, todo esto es parte también de nuestra posición de izquierda, se entiende, pues la derecha no le da tantas vueltas al asunto, a la cosa política, sabe de antemano que hay que garantizar privilegios y operar exclusiones, y punto.
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