viernes, 2 de marzo de 2012

Fragmentos (varias entradas en una)

Transvalorar. Que evaluar sea no remitir algo (gesto, obra, pensamiento) a una escala de valor previa, o simplemente desentenderse del asunto, sino poder captar en qué medida inaudita ese "algo" suspende cualquier escala de apreciación y habilita así una impropia, tejida de múltiples otras que ya no se reducen a su ámbito específico. Que evaluar sea remitir a la potencia, a la potenciación de lo Múltiple, y no la reducción a lo Uno de lo ya sabido y sus posibilidades. A eso yo le llamo transvalorar.

***

Ciencia. Intentar decir es un chiste; uno dice como puede lo que puede y a veces, con suerte, un poquito más. Luego, ese decir se olvida tras lo dicho (según Lacan). Y esto ha sido desde siempre el decir de la Metafísica (según Scavino). Lo que caracteriza a nuestro tiempo, en cambio, es un esfuerzo denodado por querernos callar definitivamente, incluso con la profusión de dichos que no dicen nada, porque la última palabra va a ser escrita siempre en un lenguaje mudo.

***

Crítica. Una ontología crítica de nosotros mismos, proponía Foucault antes de su muerte. Allí condensaba, en un rapto de lucidez, todos los motivos de sus desvelos teórico-prácticos de décadas: la arqueología del saber, la genealogía del poder, el cuidado de sí, en cruces novedosos que remitían a la Ilustración e incluso más atrás: a los primeros filósofos griegos. A partir de ahí, no se tratará entonces simplemente de criticar al otro, de generar un contrapoder, de poner palos en la rueda; sino de asumir cómo uno mismo está involucrado en los límites del poder, del saber y de la ética actuales, para poder así atravesarlos, para poder ser de otro modo a los posibles dados. No se trata de posibilismos sino de potenciaciones imprevistas. Eso es ejercer una crítica rigurosa; que necesita no sólo de movimientos genealógicos o arqueológicos sino de invenciones conceptuales.

***

Juego. La diferencia entre la inteligencia y la estupidez es que la segunda ni siquiera se la plantea. El problema es que la primera, al responder, pareciera que ya no se la planteara. Y así, todo recomienza: el juego de las diferencias se modula infinitamente (la estupidez lo ignora).

***

Apropiación. El estado somos todos, dijo antes de morir Néstor Kirchner. ¿Qué implicaría asumir hoy la radicalidad de esta frase, encarnarla de un modo propio, inventar el modo? Pues al todo aludido yo no lo leo como prescripción de totalización sino como posibilidad abierta a cualquiera, en tanto la haga suya.

*

Decir. A este gobierno le falta aún dar un paso crucial: haciéndose eco de las profundas raíces macedonianas que nos constituyen, y de las últimas elucubraciones de nuestro exiliado filósofo Dardo Scavino (que por cierto habría que repatriar), debería declarar ¡Metafísica para todos! ¡Todos podemos ser, basta decir! Y romper de una vez por todas con la sutura tecno-científica que limita el espacio político (metafísico por excelencia); quedando así la ciencia y la técnica sólo como modalidades posibles de ser, entre otras.

*

Agenda. Lo que no comparto con mucha gente querida, incluida la presidenta, es que siga discutiendo contra lo que se dice y escribe en los medios hegemónicos (MH). Es un error. Habría discusiones mucho más interesantes -que abordarían los temas que nos urgen- si se plantearan otros interlocutores y otros medios (que existen en potencia). Porque si no le seguimos dando el poder -que ya no tienen como antes- a los MH, al modo del fetichismo: todos sabemos muy bien que ya no voltean gobiernos con dos o tres tapas pero aún así, por las dudas, los leemos porque seguramente otros sí les creerán a pie juntillas. ¡Hagamos nuestra propia agenda en serio, como dijo Cristina -incluida ella misma-!

*

Fin. Bien, hemos empezado el año; se vislumbra áspero y con muchos desafíos en ciernes. Así no fuera el último, como vaticinaban los Mayas, vale la pena dar batalla como si lo fuera (siguiendo las enseñanzas de Don Juan). Quien lo hubiera dicho, hace algunos años, que una mina valiente iba a marcar agenda desde el ejecutivo: ¡Cristina combativa! Pero no hay que perder de vista -no hay que olvidar- que lo que se dice ahí es sólo uno más entre tantos otros decires (verdad de la democracia).

No hay comentarios:

Publicar un comentario