miércoles, 25 de agosto de 2010

Poder

Yo también creo en la división de poderes. Pues el poder mismo es división. Pero no en el sentido común que señala el dictum "divide y reinarás", sino en el sentido que divide...el ser mismo. El máximo poder es afirmar la división en uno mismo: autonomía o soberanía. Pero hay que afirmar efectivamente; hay que jugarse para llegar al punto de máxima vulnerabilidad en que la delegación abre -y reenvía- a la contingencia de otra decisión (de otro poder que a su vez puede afirmarse y dividirse o retroceder). Fuerza y vulnerabilidad, autonomía y delegación, no son términos antagónicos sino momentos simultáneos en los que se dona y afirma el verdadero poder; todo lo demás es mediocridad o estafa.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Oxímoron pulsional

Recuperar la pérdida, de eso se trata (el sujeto) cada vez. Repetición creativa, dicen algunos. No todos, claro, porque no todos son (así, digo). Recuperar la pérdida y vivir la pérdida, de eso se trata (y cura) el arte del fracaso: de purificar el momento del corte, la separación primaria, el momento de inversión, el quiasmo. De eso se cura, del Todo; de la imaginería globalizante; de la argumentación incesante; del largo encadenamiento de razones; de los relatos históricos; de las listas y enumeraciones (casi como ésta). Por eso interrumpo y retomo, cada tanto. Casi.

viernes, 13 de agosto de 2010

1977

Anita Tijoux me hace acordar a Pola Oloixorac (y yo también nací en el 77, año de la serpiente). Click en el título del post para ir al video y aquí la nota:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/no/12-4881-2010-08-13.html

domingo, 8 de agosto de 2010

Hoy

a M.

Hoy es un día de esos en que no debería escribir. Escribo. Hoy es un día en que me desperté casi del todo, pero recuerdo, por esa diferencia insignificante. Hoy: recuerdo.
¿Por qué me habré ido?, ¿por qué me habré quedado? Una parte que oscila y otra que se fija. Así (se) es.
¿Por qué fue que me quedé? No hay razón alguna, y sin embargo. ¿Por qué sigo?, ¿alguien se acuerda? Claro, yo, dice. Pero también quedan algunas palabras, algunas cosas, algunos deseos y cada tanto.
Cada tanto se escribe que recuerda haberse despertado hecho un nudo, por ejemplo, por eso sigue. Aunque también podría cortarse de golpe como tal, en cualquier momento, y disolverse ¿verdaderamente?
Todo tan precario, todo falso, todo inconsistente, y el dolor. El dolor de existir, claro.
Te recuerdo: hoy. Hay marcas, huellas de tu ausencia, hay modos de decir que calan el alma; mi falta, mi inconsistencia. Hoy, hermano, estoy triste pero sigo. Aún.

martes, 3 de agosto de 2010

Corte

Hay un Momento de corte.
Es así: el corte es un momento, luego pasa.
¿Quién pasa? Es lo que se ha conjurado: aquel sujeto supuesto al saber.
¿Qué saber? Precisamente, el corte.
Precisamente fue dado el corte: estuvo al principio como pregunta y al final igual, sólo que articulada.
Entre medio se tejió la estofa de la historicidad con sus idas y vueltas, con su multiplicidad de planos atravesándose, sus señuelos, en fin.
Al final fue en cambio el retorno sobre lo mismo aunque ya no lo era: habría sido si hubiera respuesta, pero ella es esquiva, se encuentra siempre en otro lado, siempre más acá, quizás un poco de lado, deslocalizada, produciéndose en acto: la respuesta.
Y también encontré la figura de golpe: el cortador que se corta a sí mismo, como la banda de don Moebius, ¡qué momento! Ya no siendo amable pero bueno...sólo siendo eso y...nada más. Una caricatura, quizás.
Por ese lado, digo. Luego hay otros, infinitos. Pues, baste decir.