martes, 4 de mayo de 2010

Del miedo ambiente

Hay periodistas importantes que dicen tener miedo; es absolutamente lógico. Sería de una ingenuidad imperdonable creer que se trata (el miedo) de causas reales, objetivas; o de simples intereses económicos; o, incluso, de alguna temida pérdida de (su) posición en el campo simbólico (de la palabra). No; es un poco de cada cosa. Pero no en el sentido de una suma ecléctica de variables que podrían ser analizadas, por ejemplo, sino en el anudamiento complejo y efectivo de dichas dimensiones -y otras- de cuyo producto surgen como subjetividades objetivas -valga el oxímoron- y funcionales. Ahora bien, lo dificil es entender que el modo de constitución de subjetividades objetivas a partir del anudamiento de lo simbólico, lo real y lo imaginario nada tiene que ver con cuestiones de índole psicológica, o de representaciones mentales, o sociales. Estamos hablando de palabras, cuerpos, afectos y cosas muy bien entretejidas en el curso de secuencias históricas concretas y articuladas sincrónicamente a los aparatos de reproducción hegemónicos que hacen a la realidad común (al sentido). Si no se llamaran Majul, Morales Solá o Ruiz Guiñazú, por caso, se llamarían de otra forma los sujetitos sujetados a las estructuras complejas que han habilitado su posicionamiento y constitución funcional respectiva en un lugar tan bien determinado por la lógica del Uno (del "un" relato). No es que haya que comprenderlos o analizarlos -ellos "paranoicamente" temen ser destruidos- simplemente hay que sacarles los parapetos donde creen existir para que caigan solitos (a no ser que milagrosamente sostuvieran la palabra y la honestidad intelectual que han esquivado tan obstinadamente). En cuanto a la posibilidad de que existan subjetividades deseantes desobjetivadas de los aparatos (de goce) reproductores de sentido, ya he esbozado algo en otras entradas al blog; es cuestión de afirmarse en la sola exhalación de un nombre propio, que nada significa a priori ni busca amparos, y que sólo se teje con otros -a veces- en el acto de escritura/pensamiento.

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