martes, 5 de abril de 2011

Freud-Marx

Ni Freud ni Marx son para mí ídolos de nada; y no creo que haya que perder el tiempo defendiéndolos de los sucesivos ataques que cada tanto se les propinan (i.e. Onfray). Sus obras y conceptos están ahí, sirven o no para quien quiera y pueda hacer uso de ellas y ellos.
Indudablemente fueron dos tipos que marcaron un estilo fuerte de indagación intelectual, que excedía las convenciones académicas de sus respectivas épocas. De allí, quizás, los exacerbados amores y odios que puedan haber despertado entre discípulos y detractores (que son una suerte de discípulos invertidos). Pero que hayan intentado -sugestivamente cabe decir- inscribir sus investigaciones en el prestigioso ámbito de la ciencia naciente no quiere decir que lo que ellos hacían, i.e. en el análisis de las pulsiones o los procesos económico-políticos, pueda ser considerado estrictamente científico -o no-. No obstante, pienso que en su forzamiento de las fronteras disciplinares -y más allá de sus propias ambigüedades al respecto- marcaron al pasar que otro tipo de rigurosidad conceptual era posible. No todo lo que vale la pena pensar debe recibir el calificativo de científico. Ese es el legado que escojo tomar; y nada de idolatrías, nada más: respeto.

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